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DÍA MUNDIAL DE LAS ABEJAS - BIBLIOTECA "HOMERO"

Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas.

El objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.

La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas; esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90% de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; asimismo, el 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35% de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.

Los monocultivos, los pesticidas y las temperaturas cada vez más altas asociadas al cambio climático plantean serios problemas para la población de abejas y, por extensión, para la calidad de los alimentos cultivados. El descenso de la polinización también constituye una amenaza inmediata para la nutrición.

Por tanto, el 20 de mayo no solo conmemora la importancia de las abejas, sino que también crea un marco perfecto para que gobiernos, organizaciones, la sociedad civil y los ciudadanos en cualquier lugar reflexionen sobre su carácter clave para el planeta; que promuevan acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, incrementen su abundancia y diversidad y apoyen el desarrollo sostenible de la apicultura.

Las abejas están detrás de sustancias tan beneficiosas como:

 

  • La jalea real.

Es la leche de las abejas; se utiliza exclusivamente para alimentar a las larvas y a la abeja reina.

Su consistencia es cremosa, su color levemente amarillo y su sabor es parecido al yogur natural. Es muy rica en proteínas, azúcares, extractos de éter, nitrógeno, azufre, fósforo y vitaminas.

Tiene propiedades energéticas, estimulantes, rejuvenecedoras, vasodilatadoras, antidiabéticas, antitumorales, antioxidante, fortalece el sistema inmunológico, estimula el crecimiento; actúa contra la artritis, la fatiga crónica, el estrés, trastornos alimenticios, anemia, eczemas, hipertensión, arteriosclerosis, neurosis, insomnio, incontinencia urinaria; disminuye la tasa de colesterol; acelera la regeneración de los huesos; tiene poder antibacteriano y es una alternativa para el mal de Alzheimer y la esclerosis múltiple.

 

  •  Propóleo.

Es una sustancia resinosa de color castaño, verdosa o casi negro.

Su sabor es amargo y fuerte, mientras que su olor es dulce, agradable y al quemarse desprende un aroma similar al de las resinas aromáticas. Las abejas lo extraen de yemas de diversos árboles y arbustos.

Tiene propiedades de prevención frente a agresiones microscópicas como bacterias, hongos y virus, tiene propiedades antibacterianas, antibióticas, antifúngicas, antiinflamatorias, antisépticas, analgésicas, cicatrizante, descongestivas y fortificante de los mecanismos inmunológicos.

Por ello su aplicación en heridas de diversas gravedades (como úlceras, llagas…), y para combatir enfermedades y dolencias, como bronquitis, gripe, sinusitis, catarros, otitis, laringitis, asma bronquial, neumonía crónica y tuberculosis pulmonar.

También tiene propiedades dermatológicas para el tratamiento de supuraciones diversas, sabañones, grietas, verrugas, callosidades, eczemas, psoriasis… 

 

  • Miel.

Es el resultado del néctar de las flores extraído y modificado por las abejas, que sirve de alimento energético a toda la colmena, y que almacenan también para la época invernal.

Diferentes estudios corroboran que la ingesta regular de miel mejora el estrés crónico, las enfermedades del estómago y fortifica el corazón.

Es una fuente de nutrientes (manganeso, hierro, cobre, etc) para la sangre, el corazón, los músculos y el cerebro.

Se puede aplicar en forma de emplastos, sobre quemaduras y heridas, para calmar la zona afectada, disminuyendo el dolor y escozor, gracias a su efecto antiséptico. Aunque su uso más extendido es como calmante en gripes y dolores de garganta. 

 

  • Apitoxina (veneno de abeja).

Se genera por medio de unas glándulas que las abejas obreras tienen en el interior de su abdomen.

Su aplicación de forma controlada y supervisada forma parte de un método natural y eficaz contra diversas afecciones, como dolores reumáticos, neuralgias y reumatismos articulares. 

 

  • Cera.

Es la sustancia que segregan por las glándulas ceríferas las abejas obreras jóvenes, que luego moldean con sus mandíbulas junto con polen y propóleo creando las láminas de cera que formarán las celdas del panal. También es el componente por excelencia de cremas de belleza, pomadas, lápices labiales, mascarillas faciales…

Por sí sola es muy utilizada por sus propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias.

 

Cuidemos por tanto a las abejas, teniendo cuidado por supuesto de “no enfadarlas mucho para que no nos piquen”.

Nos vemos la próxima semana.